«

»

LAS CORONAS DE LA VIRGEN DEL CARMEN Y EL NIÑO JESUS, COLOCADAS POR S. S. JUAN PABLO II

Varias horas extras de trabajo significaron para los orfebres del Taller Gazzella, la confección de las dos coronas que el Papa Juan Pablo II colocó sobre las cabezas de la histórica imagen de la Virgen del Carmen y del Niño Jesús, la recordada mañana del 3 de abril de 1987, en el frontis del Templo Votivo de Maipú, ante el reconocimiento y euforia de miles de peregrinos reunidos en la explanada, desde las primeras horas de aquel memorable día.

Las hermosas coronas del Niño Jesús y la Virgen del Carmen, que Juan Pablo II colocó sobre las cabezas de ambas imágenes, fueron fabricadas en piedras preciosas y metales nobles, aportadas por joyeros, mineros, particulares y la propia Iglesia.

 

Maximiliano Gazzella, su padre Max, su hermano Pietro y los profesionales Guillermo Chail, Juan Carlos Duarte, Sergio Muñoz, Gerardo Balladares y Juan Ravera, fueron los artífices en la realización de estas dos coronas, únicas en su tipo, confeccionadas en oro, plata, lapislázuli y brillantes.

“Esta ofrenda corresponde a una promesa hecha por mi padre, en representación de los joyeros de Chile, cuando llevó un rosario al Vaticano y tuvo la oportunidad de saludar al Papa. Era el año 78 y estaba candente el tema de la mediación por el conflicto del Beagle”, acotó en su oportunidad Maximiliano Gazzella.

Hermosa fotografía del momento preciso en el que el Santo Padre Juan Pablo II, cierne la corona sobre la cabeza de la histórica imagen de la Virgen del Carmen. Primeramente coronó al Niño Jesús.

 

Para la fabricación de las coronas fueron necesarios los aportes en piedras preciosas de particulares, mineros, joyeros y de la propia Iglesia. Cada una pesa dos kilos, con 34 centímetros de altura, y fueron aprobadas por la Santa Sede.

Maximiliano Gazzella dejó en claro que ambas coronas son únicas en su género, no tanto por el diseño, sino por el empleo del lapislázuli, nuestra piedra nacional. “Como las dos son casi idénticas, puedo indicarles que parten con una cruz de brillantes (diamantes en corte brillante), cuyo soporte es una bola de oro y plata simbolizando el mundo. El centro también es de oro y plata, con incrustaciones de brillantes, todo rodeado por collares de lapislázuli. La base es de plata y oro”.